martes, 27 de enero de 2009

Ecuador, no vale suicidarse...

La reciente medida aprobada por el Consejo de Comercio Exterior e Inversiones de Ecuador (Comexi) de restringir 627 partidas mediante reducción del volumen importado, mayor arancel o un impuesto específico en función del volumen o del número de bienes; puesta en práctica desde el jueves 22 de enero pasado, ha generado una serie de controversias y dolores de cabeza a toda la población, especialmente en el gobierno que se encuentra en “en plena campaña Pro TLC’s con todo el mundo”.

Recientemente Yehude Simón visitó a Rafael Correa en Guayaquil con la esperanza de poder evitar barreras comerciales, y la próxima semana la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz, ha anunciado la llegada a Lima de la ministra coordinadora de la Producción de Ecuador, Susana Cabeza de Vaca; y el viceministro de Comercio Exterior, Eduardo Egas para “negociar las medidas que se pueden tomar al respecto para que ni Ecuador ni Perú se perjudiquen”.

Sin embargo, a pesar de lo que se piense, no es el inicio de un nuevo conflicto entre Perú y Ecuador, la medida va más allá de la historia e incluye a más países entre los afectados al ser una medida comercial no discriminatoria. Según el reporte del Banco Central de Ecuador, (BCE) Colombia, Perú, México, Brasil, Estados Unidos, China y Venezuela, son los que sufrirán el mayor impacto, por el intercambio comercial que poseen pero sobre todo los consumidores locales de productos importados.

El problema es en sí Económico. Ecuador no tiene política monetaria debido a la dolarización y su nivel de liquidez depende casi exclusivamente de los resultados finales de balanza de pagos, un resultado positivo implica un mayor flujo de dólares y aumenta la masa monetaria, mientras que un resultado negativo como el que se viene dando provoca una salida de dólares.

Ante este hecho, la única manera de poder recaudar más dinero es mediante ajustes entre variables reales, y política fiscal, siendo optada esta última por el gobierno ecuatoriano, vía impuestos, específicamente aranceles, que sobrepasan el valor de 30% ad valorem. Un medida que a corto plazo garantiza liquidez, pero que a largo plazo, termina siendo prácticamente nula, ya que el consumidor local de productos importador termina absolviendo más de 80% del alza en el precio final.

Analizando los dos bandos, los intereses entre importadores ecuatorianos y exportadores peruanos, dada la rigidez cambiaria, son irreconciliables. Sin embargo según las cifras del intercambio comercial entre ambos países, las medidas restrictivas afectarían más a los ecuatorianos que los peruanos.

Con un intercambio comercial relativamente bajo, Ecuador exportó US$1,516 millones, e importó US$549 millones del Perú en el 2008. Ecuador tiene a Perú como el cuarto social comercial en ventas, mientras que Perú tiene a Ecuador en el puesto 16 con casi la veinteava parte de lo que exportó a Estados Unidos, su principal socio comercial. Perú exporta a Ecuador principalmente minerales (cobre) y explosivos químicos, productos casi en su mayoría exportados a sus principales socios comerciales en muchas mayores cantidades y que han visto una caída abismal en los precios debido a la crisis internacional. En otras palabras, Ecuador se esta metiendo “autogol” al aplicar tales medidas, que solo provocan inflación, desempleo y una posible fricción en las relaciones internacionales con sus principales socios comerciales.