viernes, 13 de marzo de 2009

La "Beneficiencia de materiales"

Aprovechando el domingo familiar, Alan García decidió en San Juan de Lurigancho hacer más clara su campaña presidencial orientada hacia los sectores D y E en Pro de la reelección -aunque sea inconsitucional, desde que Fujimori, anuló la presidencia en dos períodos consecutivos, luego de volver a ganar las elecciones en 1995- y condonar las deudas de 267,271 familias con el Banco de Materiales (BanMat) mediante la “Ley de Saneamiento Financiero de los prestatarios del Banco de Materiales”. Una controversial medida que le costará al estado S/.570 millones (¿Alguien dijo plan anticrisis?), y que solo pone en evidencia, una vez más, cuan frágil es nuestra economía ante medidas “populistas”, en especial cuando el Premier, el Alcalde limeño, Toledo y Humala han comenzado una campaña electoral “no-tan-silenciosa” con el objetivo de ocupar el sillón de García.

El principal argumento de esta medida, según el presidente, es de -“ayudar al pobre, el cual fue víctima de la naturaleza y las circunstancias”- y que el objetivo es- “cancelar la deuda de las víctimas de los terremotos y de la corriente de El Niño”-. Finalmente, le preguntó a los sectores A, B y C, si al no estar de acuerdo con esta medida –“Querían que el pobre vote en contra de ellos en las próximas elecciones”.

La controversia está sobre la mesa. Una vez más el Banmat responde a las estrategias políticas de los gobiernos de turno, y en segundo lugar, deja de actuar como un Banco propiamente dicho, y se convierte en una “Beneficencia”. Deja su función esencial de “ser una institución financiera que se encarga de administrar y prestar dinero” (ya que solo dona dinero, porque dado que la gente no paga, no tiene que administrar, ni es capaz de generar alguna utilidad en otras inversiones), y no cumple con su función de Banca de Fomento de lograr que el beneficiario del crédito capitalice, crezca y adquiera las obligaciones necesarias, para que se pueda insertar a la banca privada con menores riesgos, y goce de los beneficios de ser un buen sujeto de crédito.
Al condonar estas deudas, el Banmat se vuelve una institución social económica desinteresada que presta a las personas que carecen de recursos económicos y adquiere características más propias de Organizaciones no gubernamentales (ONG’s), al donae el dinero necesario para que los más pobres puedan cumplir sus objetivos sin tener las obligaciones de pago propias de un Banco. Asimismo esta acción, fomenta una cultura de no pago de obligaciones, se da un trato privilegio a cierto sector, y se rompe la autonomía de entidades públicas financieras, destruyendo por completo una buena calidad de gestión.

No es la primera vez que el Banmat se ve envuelto en escándalos ni será la última vez. A este paso, terminará sufriendo el mismo destino que sufriera el Banco Agrario del Perú (BAP) en 1992, cuando se declaró en quiebra por insolvencia de iliquidez y tuvo un impacto prácticamente nulo en el desarrollo sectorial. Las medidas populistas a costa de instituciones como estas, a pesar del “supuesto beneficio” que se quiera dar a sectores que de por si no simpatizaron jamás con García, a la larga, en lugar de ayudarlos, solo generan mayor pobreza y problemas económicos, en un contexto de crisis internacional y de escasez de recursos, habría que hacer una cuenta regresiva hasta que el Banmat se declare en quiebra o sea más honesto con la población y cumpla su función de “Beneficencia de Materiales” , ya que de Banco, solo tiene el nombre.